Esa primera vez que alguien te dijo «Quiero estar contigo» sin duda, recordarlo te hará esbozar una sonrisa, porque todos deseamos escucharlo en algún momento de nuestras vidas, nos emocionaba pensar que esa otra persona lo estuviera pensando, muchas veces inclusive nos emocionamos pensando en que no era necesario que lo dijera, con que lo demostrara sería suficiente, pero, cuando al fin llegó y te dijeron la esperada frase, lo disfrutaste, te emocionaste y seguro sentiste que ¡tu corazón estaba feliz!.

No sólo recibir la anhelada frase nos ha llenado de emociones, seguramente ha sido aún más fuerte el momento en el que tú decidiste decírselo a alguien, expresarle lo mucho que  querías estar con esa persona, en ese momento en que sentiste que querías compartir tu tiempo con él/ella y que necesitabas decírselo, estabas tomando una decisión en la que tu corazón o tu cabeza quería que la otra persona lo supiera. Probablemente te costó, pero cuando recibiste la compensación de que la otra persona también quería compartir su tiempo contigo, seguro pensaste ¡qué bueno que lo hice! porque eso traía felicidad en tu interior.

Pero, ¿recuerdas la última vez que lo hiciste contigo mismo?, recuerda si alguna vez te has dado un tiempo especial para ti, en el que te dediques a estar contigo y escucharte, un momento para entender qué es lo que realmente quieres para ti, para tu futuro, para tu vida.

Tú también tienes derecho a entregarte un bello momento para ti, sólo contigo, unas horas, unos días … ¿lo recuerdas? o parece tan lejano que es más fácil recordar cuando se lo dijiste a alguien más.

Nunca es tarde, date la oportunidad de decirte… Quiero estar contigo…y disfrútalo, sólo disfrútalo.

Decirlo es gratificante, recibirlo es aún mejor, en ti está la posibilidad de experimentarlo siempre que lo necesites. Entrégate la oportunidad de ¡brindarte la felicidad que has dado a los demás!. 

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