Como toda persona criada bajo el esquema de familia tradicional, yo siempre pensé que a mi edad ya tendría una familia por la que velar y dedicar mis días, pero hoy no es así, mi situación es diferente a lo que creí, aún no sé si aquello era lo que quería (en el fondo creo que no, porque de haberlo querido seguro estaría ahí), pero por lo menos sé que de niña y adolescente lo pensé, de repente aún lo pienso… 🙂
Bajo ese pensamiento me parecía difícil ver que mi futuro pudiera hacerlo sola, llegar a casa sin nadie que te espere, ir al cine, desayunar, tomar una copa, incluso a viajar sola; son actividades que difícilmente estamos dispuestas a hacerlo «solas» hasta que las probamos.
Hoy experimento y vivo cada una de esas actividades solo conmigo y he aprendido a disfrutarlas, a quererlas e incluso añorarlas cuando ya he pasado demasiado tiempo con gente a mi alrededor. Estar sola te da también grandes ventajas, conoces gente diferente a lo que sueles elegir, vives experiencias diferentes y eso siempre te ayuda a crecer, a ver el mundo desde visiones diferentes a las tuyas, tienes más oportunidades de ver, escuchar, entender, porque estás más centrada en ti. Se convierten en la situación ideal para hacer lo que quieres, comer lo que se te antoja, vestir como quieras, hablar con quien quieras, dirigirte a donde quieras; el escenario ideal en el que sí tienes una vida agitada entre familia, pareja y trabajo, sueñas con vivir.
Siempre que puedas, vive una experiencia sola, date tu tiempo, elige vivir alguna experiencia y conviértete en
una de esas que también disfruta de pasar tiempo sola. ❤



