Moda

No todo lo que brilla

En tiempos como estos cuando el valor de la moneda vive etapas tan volátiles, pareciera que la única salida para tener un impacto menos drástico podría ser: el oro. Aún recuerdo esas épocas en que mis abuelos hablaban lejanamente de los centenarios (fue en 1921 cuando éstos se acuñaron por primera vez)  y del gran valor social que se le imprimía no sólo al oro per se, si no al color por consecuencia.

La moda se ha encargado de promover un valor sustancial a dicho color. Ha representado el glamour de la buena vida y en su lado opuesto, el mal gusto de los nuevos ricos con el blink blink y sus implicaciones con el uso del dorado.

Lo cierto es que a mi me parece un color que bien utilizado puede dar un toque de estilo a tu outfit, ya sea en accesorios, zapatos o usando las prendas exactas para darte ese toque especial, porque el oro sigue siendo oro, aunque sea sólo en color 🙂

El brillo que imprime el dorado suele ser tan tentador como los momentos, personas o situaciones que parecen tan deseables, y que cuando empiezas a probar, te das cuenta que sólo era el deslumbramiento de la situación. Así que mucho ojo, más vale ir con tiento, probar para ver si realmente es «oro» o si sólo se trata de la imitación convertida en un atractivo brillo.

Dorado

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