¿Cuántos libros has elegido sólo por la portada? -claro, si eres de los que no lo han experimentado, es porque nunca te has parado en una librería, eres ciego o eres un friki-. Pero partamos de que si estás leyendo este blog es porque has estado cerca de libros y ya sea para comprar o simplemente para hojear, has elegido uno para tomarlo en tus manos sin conocer el nombre del autor ó del mismo libro,  simplemente lo elegiste porque tu mirada y tu impulso así lo decidieron.

¿Será que eso mismo sucede con las personas? Cuando decidimos sonreírle a alguien en la calle, en el autobús ¿es porque su portada te inspiró? ¡Seguramente sí! Parece una respuesta tan efímera y superficial, pero estoy convencida de que así es (aunque me tachen de fría o prejuiciosa), pero simplemente creo que tenemos tantas emociones aprendidas más la química en nuestro cuerpo, que simplemente reaccionamos a ello de forma inconsciente y que si tu «inteligencia emocional»  te lo permite, entonces desde un mundo más consciente decides si sigues o no leyendo a la persona  ante  la cual tu instinto y aprendizaje te hicieron reaccionar.

Y cuando me refiero a portada no hablo sólo de los colores, ropa, maquillaje, peinado o marcas con los que vistas, si no a la energía que tu rostro desprende, a tu sonrisa, al brillo de tus ojos, a la complexión de tu cuerpo, a todas esas cosas controlables de apariencia y de aquellas que pudieras pensar que «así son» pero que si lo piensas bien, siguen siendo parte de la decisión de tu persona, porque de ti depende cada emoción que viene de tu cerebro, tú decides sentirte seguro, triste o maravilloso; porque al final, tú le pones el título y eliges la portada de tu propio yo.

Por suerte nuestro libro se puede re imprimir cada día, cada tarde, cada hora; tú decides el título que hoy le quieras poner.

A todos nos encanta cruzarnos por la vida con portadas que nos hagan disfrutar, con libros que decidiremos elegir para rodearnos y disfrutar en un momento exacto de nuestras vidas.

Experimenta y cámbiale de nombre a tu portada hasta quedarte con la que más te haga disfrutar-te y por qué no…¡disfrutable! 😉 .

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